Ancares    Psicologia y Salud         0
0
00
Ent-Ana Vytal

 

Ana María Carbonell: 'Cuando me diagnosticaron un cáncer pude afrontarlo con serenidad gracias a mi profesión' - Psicooncología

 

 

 

 

 

 

   Psicóloga Especialista en Psicología Clínica ha sido pionero en el tratamiento de pacientes oncológicos a través de la psicooncología, rama de la Psicología Clínica que desarrollan desde el año 2003. Este centro que desarrolla su actividad desde el año 1985, además trata trastornos del estado de ánimo, depresión, ansiedad, problemas de pareja, mobbing, síndrom de Bomout, crisis emergentes y espirituales, etc..



   -Vytal: ¿Qué es la psicooncología?  -Ana María Carbonell Esquiva: Es una especialidad de la psicología clínica, que a su vez es una rama de la psicología. La psicología clínica se dedica a diagnosticar, evaluar y tratar los trastornos mentales pero también trastornos emocionales que acompañan al enfermo crónico o al enfermo circunstancial de cualquier patología. Dentro de la psicología clínica hay una rama, la psicooncología que surge tras observar que el enfermo de cáncer tiene unos rasgos que lo diferencian de otros enfermos.

   El cáncer es una enfermedad que pasa por diferentes etapas y en cada una de ellas la ayuda que necesita el paciente es distinta. También hemos observado que no necesariamente se necesita terapia sino, a veces, apoyo emocional.

   Y por todo esto fue por lo que se fue configurando la psicooncología como una rama de la psicología clínica que da apoyo tanto al paciente de cáncer como a sus familiares.

 



   -Vytal: ¿Por qué es necesaria distinguir la psicooncología de la psicología clínica?  -Ana María Carbonell: Se ha demostrado que para el desarrollo de la psicooncología se necesitan unas habilidades específicas.

   En la psicooncología se necesita la habilidad del "counseling", saber escuchar de una forma muy particular. Por otra parte, el enfermo oncológico suele tener una serie de impactos emocionales que no necesariamente son patológicos pero precisan de ayuda. La familia tiene una serie de necesidades que no se ven en otras enfermedades, y luego hay otro tema importante, la muerte, que en otras enfermedades no está tan presente. El cáncer hasta hace bien poco era una enfermedad que se relacionaba directamente con la muerte por lo que el impacto continúa siendo muy fuerte en los pacientes en los que se diagnostica.

 


   -Vytal: ¿Crees que el cáncer sigue siendo una enfermedad tabú dentro de la sociedad?  -Ana María Carbonell: Sí, yo he tenido en consulta gente que negaba que tenía la enfermedad diciendo que el médico le había diagnosticado un tumor y no cáncer. Pero no solamente el paciente, sino también el entorno. Ahora sabemos que el cáncer si se coge a tiempo se cura, el avance en los tratamientos es muy importante en los últimos años.

 


   -Vytal: ¿Qué te movió a especializarte en esta rama de la psicología clínica?  -Ana María Carbonell: Cuando me diagnosticaron un cáncer en el año 2001 afortunadamente para mí, yo era psicólogo, porque tuve que echar mano de todos los recursos personales y profesionales para poder afrontar con serenidad el tema.

   En aquella época ya estaba haciendo meditación, también practicaba la psicología transpersonal, contaba con años de autoconocimiento, porque un psicólogo debe de conocerse bien antes de trabajar con otra persona. En definitiva, estaba comprometida con mi crecimiento personal desde hace ya muchos años. Por eso digo que cuando me diagnosticaron un cáncer, gracias a mi profesión, pude afrontarlo con serenidad.

 


   -Vytal: ¿Esa experiencia te sirvió en tu formación profesional?  -Ana María Carbonell: Aprendí muchísimo. Además recuerdo que los tratamientos finalizaron al final del 2001 y en el año 2002 salió el primer máster de psicooncología y decidí hacerlo sin dudarlo un instante. Después de eso hice mucha amistad con el equipo oncológico, grandes profesionales que me ayudaron muchísimo, y empecé a colaborar con ellos, en un principio de una forma altruista porque quería ofrecer un servicio que creía necesario,y finalmente me contrataron.

Lo que tanto me había servido a mí, yo quería que los demás lo supieran. La diferencia de contar con ayuda, en cuanto a la evolución, a cómo afrontar el tratamiento y como es tu proceso de recuperación, es abismal.

 


   -Vytal: ¿Del mismo modo que para curar el cáncer es importante cogerlo a tiempo, en el plano psicológico también importa la rapidez con la que comience el tratamiento?  -Ana María Carbonell: Lo recomendable sería que al mismo tiempo que el oncólogo recibe al enfermo luego haya al menos una visita con el psicólogo y, si es posible, con el trabajador social, porque en ocasiones el cáncer no es el problema mayor. Vemos en ocasiones que la enfermedad evoluciona mal y no sabemos por qué y te encuentras cuadros en los que la persona está sola o no tiene recursos para afrontar la enfermedad. Por eso lo recomendable es que junto al oncólogo esté la figura del psicólogo y otros profesionales.

 


   -Vytal: ¿Desde hace cuánto tiempo se dedica a esta rama de la psicología clínica?
  -Ana María Carbonell: La psicooncología es una disciplina reciente, la especialidad académica como tal apareció en el año 2002. Si bien, la práctica existía antes de la especialidad. Yo ejerzo la psicología desde hace 30 años y desde el 2003 estoy especializada en psicooncología. A mí siempre me ha gustado la psicoterapia y el tratamiento clínico y poco a poco hemos sido los propios profesionales los que hemos ido desarrollando estas especialidades. Claro que antes había psicólogos clínicos que ejercían, pero es ahora cuando la psicología clínica se estudia en los hospitales como las especialidades médicas a través del MIR.

 


   -Vytal: Aunque es una disciplina reciente, parece que es fundamental como complemento al tratamiento oncológico  -Ana María Carbonell: La psicología clínica es absolutamente necesaria, está incluida dentro de los equipos interdisciplinares de cualquier hospital. Dentro de esos equipos todos somos absolutamente necesarios. En ocasiones el paciente no evoluciona como cabría esperar, después de recibir el tratamiento médico adecuado, pueden darse elementos que están interfiriendo en el tratamiento, desde problemas con su pareja, que la idea de la muerte le supera, o que está incubando una depresión y está pasando desapercibida, etc. Como los seres humanos somos una unidad lo que ocurre en la mente repercute en el cuerpo.

 


   -Vytal: ¿El entorno del paciente también es susceptible de requerir este tipo de ayuda? 
-Ana María Carbonell: Los familiares a veces no saben cómo abordar la enfermedad, no saben si conviene hablar o si conviene callar. A veces existe un pacto del silencio,” no vamos a decir nada, que no se entere”, lo que resulta muy angustioso para el enfermo ya que él sabe que está mal. El entorno hace como si no pasa nada y el enfermo no quiere decir nada porque no quiere preocupar al entorno.

   Entonces todos están callados y sufriendo mucho. Cuando tú como Psicooncóloga puedes ayudarles a conducirlo, ellos se reencuentran en la enfermedad, se pueden abrazar, pueden llorar juntos, pueden cogerse de la mano, ayudarse y en su caso, despedirse, y esto también forma parte del amor y de la relación familiar.

   Por otro lado en el tema de la muerte también hay un trabajo del Psicooncólogo que es la prevención del duelo patológico: en donde se trata el duelo, la pérdida, el dolor, la rabia...A veces estos sentimientos no se expresan y alguno de ellos puede suponer un problema mucho mayor, ya que cuando un paciente fallece y no se ha hecho un trabajo adecuado esa persona puede quedar dañada. Por ejemplo, personas que no se creen con derecho a vivir porque el otro murió, personas que dejaron algo pendiente y no lo pudieron decir, o personas que se quedan con la idea de que podían haber hecho más y se quedan con la sensación profunda de culpa. Todo esto se puede prevenir.

 


   -Vytal: ¿Qué reacciones distintas encuentras en los pacientes de cáncer?
  -Ana María Carbonell: Hay gente que se adapta a la enfermedad negándola, otras personas la evitan, también hay quien busca el apoyo en sus familiares, en sus seres queridos, hablando de ello con sus amigos. También hay un perfil de paciente proactivo siempre dispuesto a cualquier cosa por superar la enfermedad, hay muchísimas formas de adaptarse.

   El problema está en los casos de bloqueo y evitación, negándose incluso a seguir el tratamiento médico, ese mecanismo puede tener repercusiones serias, entonces ahí se necesita un tratamiento psicológico con el fin de conseguir la adaptación a la enfermedad y la adhesión al tratamiento.

 


   -Vytal: ¿Puede ayudar un psicólogo en el aspecto espiritual de las personas?
  -Ana María Carbonell: Hay una vertiente muy interesante de reciente configuración que es la incorporación de la espiritualidad en la psicoterapia. Nosotros no somos sacerdotes, ni ministros religiosos, cada persona tiene sus creencias y eso hay que respetarlo; pero qué pasa cuando tenemos un paciente que no tiene creencias religiosas pero tiene un miedo profundo a la muerte y tiene inquietudes espirituales.

   Ahí el psicólogo entra a tratar la espiritualidad, el hambre de trascendencia que no es propio únicamente de las personas religiosas sino también de agnósticos y de personas sin confesión religiosa.

 


   -Vytal: ¿Cómo hacéis los profesionales para poder afrontar cada caso sin que os llegue a afectar personalmente?
  -Ana María Carbonell: Los psicólogos clínicos tenemos una formación específica que nos permite trabajar la distancia emocional, una herramienta por la cual el paciente nota que el psicólogo tiene empatía por el problema, que el tema le interesa pero por otro lado, el psicólogo sabe que el problema no le pertenece, y es el paciente el que lo va a resolver.

    El psicólogo ayuda a que resuelvas ese problema con tus recursos o si no los tienes te puede enseñar técnicas y estrategias, pero el psicólogo sabe que es tu problema, no el suyo.

 


   -Vytal:También encontrarás muchas satisfacciones
-Ana María Carbonell: Hay muchísimas alegrías, cuando ves a una persona que viene a la consulta con miedos, angustia, y la ves desarrollarse en el equilibrio, adueñándose de su propia vida. Cuando hablamos de cáncer veo a mucha gente que lo resuelve, y lo sana incluso antes, cuando la persona sabe manejar sus estados emocionales y no se desgasta innecesariamente. Hace poco un paciente vino con cáncer de vejiga y con un tabaquismo feroz. El médico le dijo que tenía que dejarlo radicalmente porque los marcadores tumorales seguían siendo negativos después de sucesivas intervenciones y tratamientos. El paciente me decía que no podía dejarlo porque el tabaco era su amigo, le había acompañado a lo largo de su vida. Entonces empezamos a trabajar con el amor a sí mismo, el agradecer al tabaco lo que había hecho por él en su vida pero que ahora era el momento de despedirse. Ahora está fenomenal, los médicos no podían creerlo e incluso le hicieron una biopsia para asegurarse de los buenos resultados, por el cáncer tan agresivo que tenía; este señor ha dejado el tabaco totalmente. Estoy convencida de que entre la mente y el cuerpo hay un vínculo

   De hecho, hay estudios que relacionan un tipo de personalidad y cáncer, y evidencias científicas que relacionan las emociones, el estrés con la enfermedad, de esto seguiremos hablando en sucesivos artículos.

 

 

Copia extraida de:

 http://www.costacomunicaciones.es/vytal/noticia_maria_carbonell__cuando_diagnosticaron_cancer_1900.html

 Visítanos en facebook

 



ancares@cop.es